por: Chiky Trillo Miguel Carnero
Después de una larga enfermedad se nos ha ido Eladio Díaz Colado. Se fue sin armar ruido, aunque es mucho y alto el silencio que deja. Se fue con las almas que vuelven cada 1 de noviembre para visitar a sus seres queridos, y al menos, estar de nuevo juntos una vez al año. Porque la vida de los muertos está en la memoria de los vivos. Por eso, Eladio seguirá vivo en nuestra memoria, en nuestros recuerdos, en cada sonrisa que esbocemos en un campo de golf (da igual si es por un birdie o por un bogey, sonreír siempre es la clave de la felicidad).
Deja un gran vació en el equipo de la AEPJG que, repleto de optimismo y envalentonados, viajamos cada año a enfrentarnos a las ‘fieras’ europeas que nos recuerdan que hay que visitar más la cancha de prácticas y menos el Hoyo 19, el favorito de Eladio. Porque entre caña y caña siempre caía una historia, una anécdota, un chascarrillo, que era mucho más interesante que contar los innumerables golpes en los sufridos campos de golf. Aunque tengo que decir que era un gran jugador.
Nosotros, los aspirantes a golfistas ya le echamos de menos, a él, a su gran persona, a su gran sonrisa, a su gran sentido del humor, a su alegría por la vida y sus canciones de Serrat y Victor Manuel.
Nos apoyaba en los equipos europeos simplemente por su pasión por el golf y ser íntimo amigo de Miguel Carnero, siempre decía que era el productor del evento ya que toda su vida se dedicó a la banca.
Y los que presumimos de periodistas también le echaremos de menos. Sí, porque sin licenciarse en una profesión muy denostada y poco protegida, él la engrandeció con sus canales, “Cuéntame Huertahernando”, y sus crónicas de este municipio de Guadalajara, y esas historias ‘tan reales’ que te embelesaba frente a la minipantalla de un móvil.
Él seguirá inmortal en el ‘facebuque’ que llaman algunos, contándonos historias de vida.
Adiós, querido amigo. Te fuiste demasiado pronto, como las almas buenas, como los buenos rockeros.
Cachorro, gracias por tu ejemplo a la vida.
Chiky Trillo
Miguel Carnero Meco
