¿Os imagináis 500 cabras o 90 vacas pastando a le vera de los greenes? Seguro que no. Pero, estimados, por aquí pululaban en su tiempo junto a los venados y faisanes que cazaba la realeza en esta finca desde los tiempos de Carlos IV, “El Cazador”, (1748/1819). Entonces el lugar se denominaba “Real Quinta de Quitapesares”, nombre que evidentemente no le cuadra hoy día cuando, a la mayoría de nosotros, nos cuadran más los pesares que las alegrías.
Ya tiene gracia que el vencedor handicap de este torneo sea Pastor, no de oficio, sino de apellido. El triunfador de Scratch, fue el gran Juanjo Pinedo, nada que ver con los pinos (que también los hay en Quitapesares), aquí la RAE me dio en los morros cuando yo buscaba retruécanos para refocilarme en las coincidencias agrarias y ganaderas del lugar.
Lo único cierto es que la nueva actividad del la finca quita pocos pesares excepto, claro, a un par de habilidosos paisanos capaces de embocar puts de cinco metros y de atacar banderas a golpe de dóciles hierros que, en su precisión, más parecieran hechos de foam.
Pero lo que importa es que el día fue benigno, brisas y calorcito, y que nuestros pesares solo pueden atribuirse a nuestra impericia, a la suerte que, nos es esquiva la muy zorra, y las una y mil formas que tiene la bola de sacarnos la lengua y hacer lo que se le pone en el hueco de todos y cada uno de sus alveolos. ¿O no es verdad?
Miguel estaba decididamente alterado. La mayoría sus golpes eran impropios de su genio. No lo entendí hasta que supe lo de las cabras. Imaginaos a un Carnero olisqueando el viento en el que pastan 500 cabras. ¡¡Madre mía!! Todas esas históricas feromonas reinando en el aire son para alterar al más templado. No obstante, su cabeza de cartesiano organizador estaba en lo que hay que estar, en cuidar a los patrocinadores.
Porque esa es otra, no prestamos atención nada más que a los pares y a los “pajaritos" y creemos que los regalos de fin de curso son de las rebajas de otoño de Santa Klaus. Pues no. Hizo -Miguel digo- las fotos correspondientes y me sopló que De pique está ahí para ayudarnos con lo más granado de la oferta de material de golf y que más lelos seremos si no lo aprovechamos. Y, el que se lleve La Bolsa de golf o las estupendas cajas de bolas en el sorteo final que sepa que son regalo de AGS International Movers, que es una de las grandes del mundo en mudanzas. Y aunque yo sé que no es cierto que San Ignacio de Loyola dijera aquello de “en tiempos de tribulación, no hacer mudanzas”, más nos valdría a algunos mudar de estilo y golpear la bola con precisión en vez de golpear las teclas de una crónica castigado como estoy al decimotercer lugar de la clasificación. ¡Snif! ...