Una crónica me manda hacer Miguel y en mi vida me he visto en tal aprieto: catorce versos dicen que es soneto pero en una crónica no sé cuantos hacer. La experiencia me dice que no importa, la profesión aconseja escribir bien pero el objetivo buscado es informar, así que a ello voy, de acuerdo con Miguel. Primero el tiempo, eso es obligado. El sol no agobió, las nubes lo taparon pero agua ni una gota, y los paraguas cerrados miraban caer bolas por valles y taludes, rodando como locas, perdidas dando saltos, jugando al escondite, al fin libres del amo. Y es que este campo duda entre el arriba o abajo, como una montaña rusa, donde lanzar bola al espacio, mientras se dropa un pardillo, con la ralla amenazando. Pero también es generoso y premia a los esforzados. Así Gerardo Corral campeón se ha proclamado, en handicap y en scratch, bien jugado y bien ganado. Por lo demás, todo grato, un menú muy apañado, la compañía resultona, pero pocos socios en el campo. Una pena, un gran esfuerzo muy poco aprovechado. Eso sí, mus al final, con victoria muy lograda, un cuatro cero redondo y dos víctimas humilladas:
los Pacos, Domínguez y Mora, frente a esta que les habla, con el gran Antonio López, un ligón con la baraja. Y esta es la historia señores, de un grato día en Las Matas, apuntarse toca ahora para la próxima semana.