Los días lluviosos de golf ofrecen una perspectiva diferente de la belleza natural del campo. Las gotas de lluvia caen en cascada sobre las colinas, resaltando sus contornos y revelando una exuberancia que no se ve en los días más soleados. El aire está lleno del aroma terroso de la hierba mojada y la frescura de la lluvia, vigorizando tus sentidos con cada respiración. Tómate un momento entre golpes para hacer una pausa, apreciar las vistas panorámicas y conectarte con la cautivadora tranquilidad que solo un día lluvioso puede brindar.
¿Cómo os habéis quedado con este prólogo? Pura poesía..... pero está es mi primera prueba con un texto creado con inteligencia artificial, que ya tenía ganas de probar...
Desde luego, inteligencia es lo que se necesitaba el pasado miércoles en La Dehesa para hacerse con un bonito y a la vez desafiante recorrido que amanecía bajo la desapacible lluvia y que nos acompañó en casi la totalidad del torneo. Algunos, previsores, se hicieron con un buggie que en alguna medida les protegió de la climatología.... pero otros, osados o menos inteligentes, pensamos que un paseo bajo la lluvia con tu carro, tu paraguas, tus guantes mojados y calados hasta lo más íntimo...seríamos capaces de sobrevivir... pobriños.
Es de reconocer el mérito de los ganadores, Gerardo Corral, 38 en handicap y Pablo Diaz con 26 puntos scratch, además de Alfonso Mansilla y Pedro Bernardo que fueron merecidos vencedores en los difíciles pares tres de La Dehesa, enhorabuena a los premiados. 23 sobrevivientes de los 25 participantes...
Me quedaré para el recuerdo con el estupendo partido en el que estaba integrado, dos españoles y un italiano, que como Los Tres Tenores clásicos, íbamos intentando entonar nuestros golpes bajo la música acuática que nos rodeaba... desde luego nuestro Pavarotti particular iba dando el do de pecho y alguno de los nacionales (myself) soltando algún que otro gallo.
Pues venga, que son tres gotas y a por el próximo.....