Los romanos creían que había días nefast, es decir, días en los que no se debían hacer determinadas cosas, vamos días en los que era mejor que no te pusieras a hacer nada porque todo te iba a salir mal. ¡Pues eso!, que todo lo que yo iba a hacer en Palomarejos me salió mal. Que había un árbol que no entraba en juego pero que estaba allí, pues ¡zas!, mi bolita se estrellaba contra él; que en el hoyo anterior me pasé pateando, pues parece que los greenes estaban rápidos, pues al siguiente mi puñetera bolita se quedaba colgando del hoyo sin entrar y así un sinfín de pequeñas calamidades, pero a pesar de todo, agarrando al campo cuál garrapata logré hacer un resultado, digamos, decente. Pero cabritos, que nivel estáis desarrollando, con todo y con eso el decimotercero, es decir, crónica que te crió. La pena es que sólo fuimos 22, quizás el hecho de que también teníamos que defender el pabellón de la Asociación en El Encín nos restara algo de la asistencia habitual.
Pero claro, siempre hay algún desconsiderado que no tiene en cuenta tus desgracias y se pone a jugar como si fuera a ganar el Máster de Augusta. En esta ocasión nuestro querido “güaje” dijo “pues ya que estoy aquí….” Y se marcó unos estupendos 40 puntazos. Y de Sacratch, un clásico, el maestro Navío volvió a dejar claro que el que ganó, (jugando al golf) fue él, los demás pasamos por allí. Y en los pares tres, otra vez lo mismo, “GERARDITO HIJO”, deja un poco para los demás, por lo menos dejamos ganar uno de los dos. Pues no, el señor Corral, volvió a dejar las pu… bolita más cerca del agujerito que los demás. SI señor, si no saben hacerlo que aprendan.
Y hablando de aprender… sabéis que después de “eso” del golf viene lo importante: EL MUS. Y, ¡ay amigos!, ahí tengo hándicap plus. El maestro del Scratch y un servidor ganamos nuestra partida, como es de rigor, (omito los contrincantes pues no es de buena educación humillar a nadie, “jódete Laureano, habrás ganado en Hándicap, pero las copas las pagas. (El otro era Ricardo Olmos), que te creías que te ibas a escapar,”).
Y después intentamos culturizar a una pareja de la otra partida. Juro que nuestra intención era totalmente didáctica, aunque dudo que lo lográramos. Trataré de que el próximo torneo sea “Fast” y no “Nefast”, pero si sois buenos y aplicados (mi pareja y yo) trataremos de culturizaros museísticamente.
PD: Si no juego bien al golf tendré que conformare de alguna manera.