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Crónicas

    • 04
    • 04
    • 2016
  • Saber elegir un día soleado entre la lluvia del día anterior y la nieve del posterior.

    SOPA DE CEBOLLA AL NIVEL DEL CAMPO

por: Javier de Juan

En primer lugar, enhorabuena a la Junta por haber elegido un día para el torneo de Palomaremos que resultó de primavera, tanto que mis compañeros de juego lo hicieron con polo de manga corta en la segunda mitad.

Y por mantener en nuestro calendario un campo bien conformado y mantenido y un restaurante con estilo. Porque después de la ducha me encontré en una de las mesas a Francisco Mora saboreando una sopa de cebolla que según comentó, hasta en París le hubieran dado una estrella, mientras Beatriz Navarro se decantaba por unos espárragos fritos o Marisa Perales –enhorabuena por sus 32 puntos y puesto 7º- , para mantener su afinada figura y seguir escalando puestos en el ranking, pedía un sándwich de queso chédar, jamón York y salmón con huevas de trucha.

Pero como se trata de una crónica de golf y no de la sección de gastronomía de La Voz de Talavera de la Reina, primero dar la enhorabuena a Juan Villanueva y Crescencio Argüeso por los primeros puestos, con 38 y 35 puntos cada uno. Sin olvidar a Antonio López que firmó unos de los birdies más meritorios del campeonato.

Quiero destacar un aspecto del tercer puesto porque tiene su mérito y que Enrique Carneros comparte con Francisco Domínguez; porque Enrique tiene el valor de haber mantenido el buen ritmo de juego a pesar de haber sufrido un bolazo accidental entre el cuello y el pecho que se quedó en susto. Pero fui testigo de saber reaccionar y seguir su ritmo de juego, olvidado el susto.

Mientras servían las otras tres mesas y José María Sanjurjo preguntaba por quién le había invitado a las dos cervezas que se había tomado en el bar, me enseñó Laureano su mano y quiero reseñar el segundo aspecto de valor en este torneo: jugar con un dedo lesionado que tendrán que operar.

De la partida de mus jugada con el café del torneo debo decir que fue bien competido pero no estuvo a la altura de la AEPJG, porque –y no citaré en esta ocasión nombres-, aceptar un órdago a la chica, en la partida final, con dos ases y un seis, es como fallar un put a dos cuartas del hoyo. Sobre todo teniendo en frente a una mujer sonriente que ha cortado de entrada la mano. La próxima ocasión habrá que dar una clase de cómo afinar en este arte del mus.

Nuestro amigo Mario no pudo participar en esta ocasión porque a última hora le debió llamar su jefe Pedro Jota para encargarle la crónica del próximo torneo de golf y anunciarle un bonus con el que nos invitará al siguiente torneo.