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Crónicas

    • 16
    • 02
    • 2016
  • Crónicas

    ¡Ojo con la IEA! Empieza la temporada

por: Beatriz Navarro

La temporada en el Club comienza con la asamblea y, como ya es habitual, se ofrecen dos aperitivos, uno antes y otro después. Objetivo, atraer a los socios más remolones. El primer aperitivo son nueve hoyos en los pares tres del Olivar de la Hinojosa, algo para hacer boca, sobre todo para los muy jugones. El segundo es algo más sustancioso: cazuelitas de lentejas, las orondas croquetas, jamón a discreción, y muchas cosas más. Ambos aperitivos facilitan el reencuentro con los amigos y los buenos propósitos: "Este año no voy a faltar a ningún torneo"; las excusas varias: "estoy oxidao", "no sé si podré seguir el ritmo", "necesito practicar más", "he jugado bien, pero el campo estaba de pena"... Y así. 
Este año la Junta Directiva se ha esmerado: tocaban elecciones. Aunque ha habido alguna incorporación, -Laureano para ejercer de secretario, nada menos- la candidatura es continuista. Nuestro Club ni quiere cambios bruscos ni se arriesga a soluciones inciertas, como vemos en la vida nacional. El presidente aprovecha para pedirnos, una vez más, y con no mucho éxito al parecer "que seamos más Club". Es decir, participación e implicación. Y para lograrlo tiene una propuesta, que incluso se aprueba. La crónica de cada torneo la hará quien quede en el puesto décimo. Todos decimos que sí, ¡que se fastidie el décimo! Pero claro, el décimo en este caso es décima: una servidora.
Le digo a mi amigo Crescencio, que hoy no ha jugado, que la crónica deberían hacerla los primeros. No me apoya porque es el socio más premiado de nuestro Club, un número uno nato, aunque hoy el primero ha sido otro buen amigo, Pedro González. Ver jugar a Crescencio es un espectáculo. De ballet. Para colocarse baila alrededor de la bola, se aleja, se acerca, se contorsiona..."Hay que hacer un swing con ritmo" me dice. Claro, como él tiene el ritmo en las venas. Me da otros buenos consejos para no seguir siendo la décima: "Lo importante es no caer en la IEA" Pregunto el significado. Sé que mi ignorancia golfista es grande. "Se trata de no dejarse atrapar por la inseguridad, el estrés y la ansiedad. Al golf no se viene a sufrir, sino a divertirse". Bueno, será cuestión de probar. Aunque yo, venir vengo contenta, le digo. Cuando me deprimo es después. Creo que en cuanto tenga controlada la IEA voy a reventar la lista.