Contacto

Crónicas

    • 28
    • 06
    • 2018
  • Crónicas

    Pleno al 13

por: Kike Baptista

Después de unos meses alejado de los campos de golf, el pasado 26 de junio pude, por fin, reaparecer en un torneo de nuestra Asociación en el magnífico campo de El Fresnillo. Y es que, aunque pase el tiempo, hay cosas que no cambian, y una de ellas es nuestra relación de amor y odio con nuestro querido deporte. Amor por lo que te da y odio por lo que te quita, y así se lo comenté a mis compañeros de partido nada más terminar el Hoyo 1 en el que hice birdie: “Esto no puede ir más que a peor”… y así fue. Eso sí, me dio ratos de gran placer y ratos de gran frustración viendo mis bolas, nuevecitas, ir al agua una detrás de otra (creo que cinco en total, aunque igual fueron más) después de disfrutar de llevar ocho puntos Stableford en el tee del hoyo 3. Qué poco dura la alegría en la casa del pobre, que diría mi abuelita.

No hacía yo otra cosa que imaginar que el ganador saldría de mi partido, después de tanto tiempo, y que, por supuesto iba a ser yo… Pues, mira por donde, no solo salió el ganador, sino que salieron los dos ganadores de mi partido, ambos con 36 puntos, Gerardo Corral en primera categoría y el sempiterno Javier Hernández Mateos en la segunda (¿no te aburres de ganarme, Javi?) se ve que no iba yo muy descaminado. Gerardo no se cansaba de hacer par tras par y Javi de recuperar hoyo tras hoyo (qué gran cuatro le sacó al 13 tras ir al agua de salida). Allí estábamos Juanan y un servidor de mudos testigos de su exhibición de regularidad a lo largo de 18 hoyos y es que a nosotros nos sobraron 2 ó 3 rayitas a cada uno que nos dejaron con unos insuficientes 30 puntos para levantar algún trofeo. Trofeos, que en bola más cercana, nos arrebataron, justamente, Javier Barabino en el 9 y Guillermo Artola en el 16 (creo recordar vagamente que tiré una bola al agua en cada uno… bueno, vagamente no, lo recuerdo perfectamente). De la lista Scratch es fácil acordarse de quién ganó porque ganó el de siempre, nuestro mejor jugador desde el siglo pasado, Crescencio Argüeso con unos enormes 26 puntos. Cuando sea mayor quiero jugar como él, no sé si llegaré a tiempo…

Faltaba acordarme del otro invitado al torneo, el calor. Mucho calor para que las neuronas funcionen bien (el que tenga más de una) y para que las manos hagan lo que se les ordena, que a veces lo hacen. Por cierto, no sé si es casualidad, pero ninguna de nuestras jugadoras osó exponerse a semejante ola de calor, ¡qué sabias son!. Será por eso que tienen más neuronas que nosotros.

El pleno al trece es para mí, que quedé en esa posición, ni una más, ni una menos y que por eso escribo está pequeña crónica que, por razones obvias, espero no tener que escribir en el próximo torneo.

Abrazos para todos y ¡buen verano!

Kike Baptista